domingo, 28 de junio de 2015

PARTE TRES

Ella deambulaba sin cesar sus sueños, esperaba poder salir de sus pesadillas, encontrar nuevamente su sonrisa en cada mirada, sabia que si lograba despertar el estaría ahí para ella; el la miraba dormir cada noche sin saber que pasaba, sin saber que le atormentaba, sabia que lo único que podía hacer era cuidar su dormir y tomar su mano al despertar.
Sin saber si estaba bien, un día recorrió junto a ella aquel pasillo, pasillo que noche a noche ella caminaba y recorría sin parar, el tomo sus manos y dijo:
- Aquí estoy yo, no me sueltes que yo no lo haré.
Ella lo miro con sus ojos llenos de lagrimas y sonrió, desde aquel día sabia que cada vez que en sus sueños pisara ese pasillo nunca mas estaría sola.
Al despertar un día, aunque sola dormía sintió en su mano un peso y una voz que al oído le dijo: nunca te soltare. Al mirar a su lado y darse cuenta de que efectivamente estaba sola sonrió, tomo su teléfono y escribió: gracias por no soltar mi mano, te amo.
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Gracias por no soltar mi mano

PARTE DOS

La mayoría del tiempo me preguntaba que era lo que pasaba por la cabeza de la mayoría de las personas que veo pasar en el metro, cuales son sus preocupaciones, porque leen ese u otro libro o porque llevan esas caras y la verdad es que nunca me sentí tan atraído como cuando los vi a ellos. A penas atravesaron la puerta del anden vi sus rostros brillar de alegría, una alegría rebosante de la cual me sentí atraído de forma impresionante, si puede ser envidia pero eso mejor júzguenlo ustedes.
Su alegría había comenzado hace algunas horas en lugares distintos de la ciudad; ese día ella había decidido levantarse temprano, como nunca, para poder terminar temprano sus quehaceres para poder disfrutar su tarde; esa mañana era la última de él en ese lugar, detestaba cada mañana levantarse antes de que salga el sol sin nadie a quien besar, sin poder besarla a ella, sin embargo esa mañana seria distinto, era la última mañana, la última...
El resto del día continuo como cualquier otro, el primer mensaje lo envió él:
- Buenos días princesa, queda menos, te aviso cuando embarque
- Buenos días rico! no aguanto a que llegues! te extraño mucho.
El desayuno continuo para ambos, él café y ella té, y así seguiría la mañana, sin nada más que anhelos y deseos de que el día pasara lo más rápido posible para así poder verse y olvidar todos los días sin poder verse.
A medida que el día avanzaba los mensajes acrecían y solo reflejaban sus ganas de verse
Él: Te extraño! ansío llegar ya!
Ella: hey! me prometes que apenas me veas me darás un beso? quiero miles y miles!
Él: prometo que lo primero que haga cuando baje del avión será darte mil besos
Al momento de abordar el avión él escribió un último mensaje antes de poder verla:
- Estoy en el avión, te amo.
El transcurso del viaje al aeropuerto para ella fue eterno, repasaba una y otra vez en su cabeza que le diría cuando lo viera de nuevo o si no decía nada y solo lo besaba? o si mejor esperaba a que el le dijera algo, intentaba arreglarse una y otra vez el cabello para sentirse segura, sentía que el corazón se salia de su cuerpo, las manos le sudaban y apenas podía escribir en el celular
-Camino a recogerte, besotes de azúcar!
Si vuelvo a recordar su sonrisa sería como ver una supernova que ilumine todo a su paso, no estoy exagerando, su sonrisa no solo expresaba felicidad, era amor puro, eran el uno para el otro. Si alguien se pregunta que paso en el aeropuerto solo les diré que fue todo perfecto, apenas el bajo del avión vio aquella sonrisa que lo había enamorado meses atrás, solo para él, caminaron al mismo tiempo hacia el otro, sin tomar en cuenta a quienes estuvieran a su paso y en menos de un segundo - o eso les pareció a ellos - un Te extrañe mucho salio de sus bocas y luego de eso un beso cruzo sus labios. Simplemente fue perfecto, todo de ellos era perfecto puesto que eran simplemente ellos, entregando lo mejor de ellos para el otro.
La sonrisa que yo vi fue minutos después de ese beso y no hay día que no me acuerde de ellos y de aquella alegría

PARTE UNO

Fue la escena más linda que he visto, los dos ahí desconectados del mundo, solos ellos sin mirar al resto. 
Ella vestía de colores y sin zapatos, él de negro y con bototos, con el cuerpo tatuado, en pleno verano; ella lo miraba con cara de niña y él con anhelos y sueños. 
La gente los miraba y no los comprendía, era común ver jóvenes así en esa época, con mochilas gigantes y cara de cansancio, se notaba que llevaban días viajando y sin una ducha amiga. 
Se veían tan distintos pero tan enamorados, ella tomaba coca-cola light, él Coca-Cola normal, ella fumaba rubio y él corriente, ella leía libros y él escuchaba música, ella le decía te amo y él le daba un beso. 
Sin duda, lo que más me llamó la atención de ellos en los cinco minutos que los observe en aquel parque antes de seguir mi camino, fue que en cada mirada, en cada caricia y en cada risa se juraban el uno para el otro en aquel momento.

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Esencia 

viernes, 19 de junio de 2015

¿Y QUE PASO?

La verdad es que cada día me pregunto si fue la mejor decisión, a caso fue lo correcto o si fue lo que correspondía.